29 mayo 2011

LP 'Crosby, Stills & Nash'


El 29 de mayo de 1969 se publicó por Atlantic Records en EEUU el primer álbum homónimo del trío 'Crosby, Stills & Nash'. Alcanzó el nº6 de las listas de álbumes y se extrajeron dos singles que alcanzaron el Top30, 'Marrakesh Express' y 'Suite: Judy Blue Eyes'.

El debut de Crosby Stills & Nash, fue uno de los más esperados del rock a finales de los 60. David Crosby, Stephen Stills y Graham Nash habían desertado públicamente de tres grupos consagrados (The Byrds, Buffalo Springfield y The Hollies). Esto era una novedad e introdujo el concepto de 'supergrupo'. Aunque los dos singles mencionados les situaron en el Top30, en principio encontraron su sitio en la contracultura: las emisoras de rock de FM y el circuito de Festivales (actuaron en el de Woodstock).

Paradigmas del pensamiento hippie, punzantes en sus letras de contenido social y político, aunaban en ellas temas libertarios, pacifistas y ecologistas, sin descuidar asuntos como el amor, el sexo o las drogas. Influenciaron notablemente a gran parte de sus coetáneos, especialmente por su espectacular empleo de las armonías vocales y por la eficiente mezcla de estilos, que abarcaba desde el folk o el rock, hasta el pop, la psicodelia o el soft-rock. No cabe duda de que sus canciones, tranquilas y con mucha melodía, fueron una fragancia musical muy bien acogida entre las audiencias saturadas de blues-rock distorsionado.

Judy Collins y Stephen Stills
'Suite: Judy blue eyes' es una suite de canciones cortas escritas por Stephen Stills basada en la relación que mantuvo el músico con Judy Collins. La misma Judy comentó: "Stephen vino una noche a verme donde estaba cantando y se trajo una guitarra al hotel, donde me cantó la 'Suite' entera. Ya sabes, los corazones rotos son una gran fuente de inspiración. Esa magnífica creación es el legado de nuestra relación. Yo me derrumbé (Judy tenía problemas con el alcohol) y creo que hice promesas que no pude mantener. Ambos estábamos pasando por problemas personales". Fue además la canción que generó la creación del grupo. Stills y Crosby estaban buscando a un tercer cantante para realizar armonías a tres voces. Uno de los posibles candidatos fue John Sebastian de Lovin' Spoonful.

Una tarde David y Stephen se encontraban en una reunión de amigos en el apartamento de Judy Collins y comenzaron a tocar una canción que habían estado ensayando a dos voces, 'You don't have to cry'. Otro de los invitados a la reunión, Graham Nash, se acercó y les pidió que la volvieran a tocar. Cuando la tocaron de nuevo, Nash se les unió con una tercera voz que embrujó a todos los asistentes. Crosby y Stills habían encontrado al socio ideal.
La parte final de 'Suite: Judy blue eyes' cantada en 'spanglish' (Stills asistió a un colegio americano en San José, Costa Rica, y allí se relacionó con muchos costarricenses de 'buena familia'), dice más o menos así:

    "¡Que linda! Me la traigo a Cuba
    La reina de la Mar Caribe
    Quiero sólo visitarla allí
    Y que triste que no puedo. ¡Vaya!
    O va, o va "

Graham Nash
'Marrakesh express', fue compuesta por Graham Nash. Él mismo la explica en una entrevista con Rolling Stone: "En 1966 me encontraba de vacaciones en Marruecos y tomé el tren a Marrakesh. Sin pensarlo, saqué un billete de 1ª clase y pronto me dí cuenta de que aquello era un verdadero aburrimiento. Señoras americanas con el pelo azul y cosas así, ya sabes. No era mi rollo en absoluto. Así que decidí darme una vuelta por los vagones de 2ª. Y el resto del viaje fue fascinante. Tal como dice la canción, había patos, cerdos y gallinas sueltos por el vagón y gente cocinando... Es literalmente tal como pasó".

"Mirando el mundo a través del atardecer en tus ojos
Cruzando los cielos de Marruecos en tren
Patos, cerdos y gallinas cacareando
Alfombras de animales de lado a lado
Y pequeñas señoras americanas de azul

Tomo el tren de Casablanca hacia el sur
Formando anillos de humo con la boca
Tapices de colores cuelgan en el aire
Y hay cobras encantadas en la plaza
Chilabas a rayas que podemos llevar en casa

Sabes que viajamos a bordo del expreso de Marrakesh
Me llevan a Marrakesh
Todos a bordo del tren, todos a bordo..."

 

Antes de abandonar The Hollies en 1968, Nash ofreció al grupo 'Marrakesh Express' para publicarla en single. De hecho se grabó una versión, pero al resto del grupo no les parecía 'suficientemente comercial' para sacarla al mercado. Su negativa a grabar esta y otras canciones compuestas por Nash, motivó que éste abandonara el grupo trasladándose a Los Angeles, donde conoció a David Crosby.

Graham Nash y David Crosby
'Guinnevere', de David Crosby, tiene un tono de folk medieval, así como su letra que compara a la reina Guinnevere con 'm'lady', su amada. Es vista así por su autor: "Esta es una canción poco usual, ya que la afinación de la guitarra no es habitual, así como la medida del tema. Es acerca de tres mujeres que amé. Una de ellas fue Christine Hinton, la chica que murió cuando eramos novios, otra es Joni Mitchell y la otra es alguien de quien no puedo hablar. Es probablemente mi mejor canción".

David Crosby
'Long time gone', también de Crosby, "fue escrita la noche que asesinaron a Bob Kennedy. Yo creía en él porque nos dijo que quería hacer cambios profundos y positivos en America. Estaba libre de ataduras económicas y políticas como Nixon y Johnson, tipos que hace años manejaban los asuntos del país, únicamente para ganar poder personal. Pensé que Bobby, al igual que su hermano no iba a tragar con esas cosas. Ya estaba lo suficientemente cabreado cuando mataron a Jack, y ese cabreo se volcó en ésta canción cuando cazaron también a Bob".

Joni Mitchell y Graham Nash
Otra canción de amor para Joni Mitchell fue 'Lady of the island', escrita esta vez por Graham Nash, que en aquel tiempo (1968) estaba relacionado sentimentalmente con ella. Aunque en el álbum también está incluida 'Guinnevere' de su compañero Crosby, Nash explicó en abril de 2009 a la revista Mojo que aquella situación potencialmente conflictiva no creó ningún problema: "En nuestra forma de entender la vida no cabían los celos ni suponía estar furioso porque alguien estuviera con la mujer de otro. Joni, David y yo nunca pensamos así, eso seguro".

Stephen Stills
Stephen Stills fue el que más canciones aportó al álbum. Además de 'Suite: Judy blue eyes' se incluyeron en el álbum, la ya mencionada 'You don't have to cry' que propició el encuentro del trío y '49 bye-byes', otra 'minisuite' compuesta de dos 'movimientos': '49 reasons' y 'Bye bye baby', que de nuevo se refiere a la fallida y complicada relación de Stills con Judy Collins, quien tras dos años de noviazgo con él se enamoró del entonces incipiente actor Stacy Keach (conocido años más tarde por la serie Mike Hammer), lo que llevó al fin del idilio. A Stills le costó superar que un 'don nadie' fuera capaz de arrebatarle a su chica y 'Helplessly hoping' , otro de los temas más conocidos del supertrío abunda en el tema:

"Deseando desesperadamente
sentir su arlequín cercano
A la espera de una palabra
Jadeando por atisbar
un espíritu tierno y verdadero
Él corre, deseando poder volar
para terminar tropezando con el sonido del adiós

Sin articular palabra
mira a través de la ventana
Y preocupado,
en la habitación vacía
Alimentando cruelmente
sus (de ella) pesadillas,
pregunta:
¿Se escuchó un adiós? ¿O acaso un hola?"

David Crosby
'Wooden ships' fue un tema compuesto en colaboración entre David Crosby, Stephen Stills y Paul Kantner en uno de los peores momentos de la Guerra de Vietnam. EEUU y Rusia, potencias nucleares rivales estaban librando batallas diplomáticas muy duras que hacían imaginar a muchos escenarios apocalípticos. En él se relatan los horrores que confrontan a los sobrevivientes de un holocausto nuclear, en el que ambos contendientes se han aniquilado uno al otro. Una persona se arrastra hacia otra y pregunta: "¿Quién ha ganado?". Para mantenerse con vida comparten bayas, que presumiblemente no llegaron a contaminarse con la radiación. Se le ruega a los 'hombre plateados' que les 'dejen existir', refiriéndose a las personas que llevan trajes anti-radiación. Mientras los barcos de madera alejan a los supervivientes, el veneno radiactivo aniquila a todos los que no lograron subir a bordo.

"El horror nos atenaza mientras os vemos morir
Lo único que podemos hacer es oir vuestros gritos de angustia
Impasibles ante el fin de todo sentimiento humano"

'Mayan', el velero de David Crosby
Fue compuesta a bordo del velero de David Crosby, durante un crucero por aguas de Florida que David realizó con Stephen Stills y Paul Kantner, miembro de Jefferson Airplane. Crosby había compuesto la música y Stills y Kantner completaron la letra. Por motivos legales entre discográficas, no se pudo acreditar a Kantner en la primera edición de 'Crosby, Stills & Nash', lo que no fue obstáculo para que Jefferson Airplane lo grabara también, incluyéndolo ese mismo año en su álbum 'Volunteers'.
El batería que les acompañó en las sesiones fue Dallas Taylor y Stephen Stills se hizo cargo, además de las guitarras eléctricas, del órgano y el bajo. Completó el álbum otro tema de Graham Nash, 'Pre-road downs'.

La portada del disco es una fotografía que tomaron en un sofá viejo frente a una casa abandonada que se hallaba junto a una gasolinera. Cuando la eligieron como portada, ya habían decidido llamarse 'Crosby, Stills & Nash', y como el orden de los nombres no coincidía con el orden de la foto, regresaron a la casa para repetir la instantánea en el orden correcto. A su llegada se encontraron con que ya había sido derribada para construir un nuevo edificio. Se tuvo que quedar así, aunque se pensó en usar la imagen invertida, lo que hubiera convertido a Stills en zurdo... Más de cuarenta años después todavía había gente que llamaba 'Crosby' a Nash y viceversa.

Graham Nash, Stephen Stills y David Crosby

El álbum demostró ser muy influyente en diferentes aspectos de la música popular americana que dominó los años setenta. El éxito de 'Crosby Stills & Nash' confirió al trío un peso en la industria y galvanizó el interés en contratar músicos parecidos, la mayoría de los cuales se encontraban bajo el management del equipo formado por Elliot Roberts y David Geffen. Las magníficas ventas, combinadas con el énfasis puesto en sus letras llenas de confesiones personales, prepararon el camino de la eclosión de cantautores sucedida a comienzos de los setenta. Sus elaboradas armonías vocales, así como el meticuloso trabajo de estudio y la filosofía de vida bohemia que se respiraba en Laurel Canyon (barrio de Los Angeles, donde vivían prácticamente todos ellos) establecieron una estética para numerosos grupos que terminaron definiendo el 'sonido California', incluyendo a los Eagles, Jackson Browne, a Fleetwood Mac a partir de 1974, y muchos otros.

Iannis Xenakis


El 29 de mayo de 1922 nació en Braila (Rumania) el compositor y arquitecto francés Iannis Xenakis. Hijo de un hombre de negocios griego que se estableció en esa ciudad está considerado uno de los compositores más importantes del avant garde y la música contemporánea. Fue pionero en el uso de modelos matemáticos como las teorías de conjuntos, además de una influencia importante en el desarrollo de la música electrónica.


Su recuerdo obliga a encadenar palabras: no basta con “compositor francés”, sino que hay que dar toda la retahíla: “compositor-guerrillero-ingeniero-arquitecto francogrecorumano”, porque no se puede prescindir de ninguno de esos eslabones al valorar su vida y su obra. La banda sonora de su niñez era el piano de su madre y el frenesí de los músicos gitanos. A los cinco años perdió a su madre, hecho traumático que influyó poderosamente en su vida.

A los diez años lo enviaron a un internado en la isla griega de Spetsai. Allí, al sentirse extranjero, se encerró en la ciencia y en la música, fructífero encierro del que nació el Xenakis que todos conocemos: la criatura obsesionada con hacer música con medios matemáticos y en mezclar tan finamente el espacio y el tiempo que las artes plásticas y las musicales acabaran refundidas. Bien mirado, un plano de arquitecto es equivalente a una partitura, es una guía en papel que nos ayuda a desplegar volúmenes en el espacio o sonidos en el tiempo. A lo largo de su vida, Xenakis no hizo otra cosa que dejarse llevar por esas dos obsesiones.

Iannis en 1958
En la atribulada Atenas de la Segunda Guerra Mundial, Xenakis tuvo tiempo de estudiar ingeniería y luchar como partisano, primero en la resistencia nacionalista y, después, en la comunista. Luchando contra los tanques británicos, que trataban de arrebatarle a Stalin la perla griega, Xenakis recibió una grave herida en la cara y en el ojo izquierdo. Con la victoria británica pasó a la clandestinidad -no sin detenerse a recoger, en plena represión anticomunista, su título de ingeniero- huyó a Italia con pasaporte falso y pasó a Francia, donde tuvo que quedarse, sin llegar a Estados Unidos como pretendía.

Le Corbusier y Xenakis
En París se ganó la vida como delineante en el estudio de Le Corbusier y se ganó la estima del maestro hasta convertirse en el verdadero autor de varios proyectos arquitectónicos del estudio, incluido el pabellón Philips de la Exposición Universal de Bruselas de 1958. Simultáneamente, se interesó por la composición musical y estudió en el Conservatorio de París (1950-1952) bajo la dirección de O. Messiaen, siendo también alumno de Milhaud, Honeggen y Scherchen.

Pabellón Philips de la Expo Bruselas 1958
El enorme talento de Xenakis le convirtió enseguida en uno de los brahmanes del arte de su tiempo. Hizo una brillantísima carrera. Lo más soprendente de la obra musical de Xenakis es su carácter a la vez abstracto y concreto. No ha habido, quizá con la excepción del americano-mexicano Conlon Nancarrow y su meticuloso batir de pianolas, un compositor que supere a Xenakis en la utilización de las matemáticas como herramienta compositiva. En sucesivas oleadas de mecanización, Xenakis construyó algoritmos, sistemas y máquinas capaces de hacer música “estocástica” a partir de ideas probabilísticas y diseños gráficos. Sus grandes obras orquestales parecen, a veces, el resultado de calcar sobre folios pentagramados ciertas líneas trazadas sobre papel milimetrado, que a su vez provienen de ciertas expresiones algebraicas. Y, sin embargo, la audición de su música hace olvidar todo eso. Xenakis suena a movimientos primigenios, a emociones telúricas, a catástrofes abrumadoras, a colisiones incomprensibles, sean de galaxias o de microcuerpos.

Xenakis en 1960
Si uno le observaba componer (entre ordenadores, reglas de cálculo y mesas de delineante), parecía un teorema, importante pero distanciado de todo. El vendaval Xenakis fue el primero en venir del Este y abrió el camino a los siguientes: Ligeti, Penderecki, Cage , Takemitsu, Schnittke, Pärt... Porque las salidas al serialismo han venido siempre de Oriente.

En 1954, con la composición de “Metástasis”, inició sus experiencias en el campo de la música estocástica, donde los intérpretes (en su mayoría, de instrumentos tradicionales) han de leer una partitura producida sobre la marcha por un ordenador programado por el compositor. Siguieron luego “Achorripsis” (1958), para 21 instrumentos, “Atrées” (Hommage à Blaise Pascal), para diez instrumentos, y “Morsima-Amorsima”, para cuatro instrumentos, estas dos últimas (1962) basadas en un mismo programa y utilizando un ordenador IBM 7090.

Detalle de la partitura de 'Pithoprakta'



En 1966 fundó en París el Centre d'Études de Mathématique et Automatique Musicales (CÉMAMU), y en 1974 ideó un ordenador llamado UPIC (Unidad Poliagógica Informática del CÉMAMU) que constituye un instrumento de composición accesible a todo el mundo, con el que se compusieron “Mycènes” (1978) y “Voyage absolu des Unari vers Andromède” (1989).

Otras de sus obras son “Pithoprakta” (1955-1956), “Duel” (1959), para dos orquestas y dos directores, “Eonta” (1964), “Akrata” (1964-1965),  para 16 instrumentos de viento, “Oresteïa” (1965-1966), “Terrêtektorth” (1965-1966), para 84 intérpretes diseminados entre el público, “Nomos alpha” (1966), “Medea” (1967), “Nomos gamma “(1968), para gran orquesta, “Nuits” (1968), sinfonía vocal, “Antikhton” (1971), ballet para orquesta y micrófonos, “Persepolis” (1971), para cinta magnetofónica, “Eridanos” (1973), “Cendrées” (1974), para coros y orquesta, ”À Hélène” (1977), “Kottos” (1977), “ Mists” (1981), “Akea” (1986), “Kyania” (1990).

Se interesó también por la electroacústica “Diamorphoses” (1957) y creó varios espectáculos multimedia “Polytope” (1967); “La Légende d'Eer” (1977), con flashes electrónicos y rayos láser). Es también autor de varios textos teóricos, como “Musiques formelles” (1963), “Vers une métamusique” (1967),” Vers une philosophie de la musique” (1968) y “Espace musical, espace scientifique” (1986).
XENAKIS Y LE CORBUSIER La música y la arquitectura -