31 octubre 2012

Philippe de Vitry


El 31 de Octubre de 1291 nació en la región francesa de la Champagne, el compositor, teórico musical y poeta Philippe de Vitry que se considera uno de los principales teóricos del Ars nova, así como un compositor de gran talento, innovador e influyente. Influyó poderosamente en la música occidental, especialmente por su tratado de notación musical “Ars nova”, que dio nombre a todo el movimiento musical de su tiempo. Se le atribuyen bellas composiciones vocales polifónicas (motetes) que merecieron los elogios de Dante.

Los detalles biográficos de su vida son en gran medida desconocidos. Se cree que pudo haber estudiado en la Universidad de París ya que en algunos documentos se le nombra como "Magister". Más tarde, ostentó cargos de secretario y consejero en las cortes de Carlos IV, Felipe VI y Juan II. Quizás ayudado por éstas conexiones, obtuvo varias canonjías, incluyendo las de Clermont, Beauvais, y París y sirvió durante un tiempo en el séquito del antipapa en Aviñón. También fue diplomático y soldado y se sabe que estuvo en el sitio de Aiguillon. En 1351 llegó a ser obispo de Meaux, al este de París. Vitry falleció el 9 de Junio de 1361 en la ciudad también francesa de Meaux, donde había residido desde su nombramiento como Obispo.

Petrarca
Como se movía en los círculos políticos y artísticos más importantes, conoció a muchas figuras destacadas de su época, como al famoso matemático y teórico musical Nicole Oresme. Sus obligaciones como clérigo no le impidieron, sin embargo, dedicarse a cultivar su talento creativo. Esto es lo que indican, al menos, algunos testimonios de la época, como las dos cartas escritas por el poeta italiano Petrarca, contemporáneo de Philippe de Vitry, en las que alababa su talento como músico así como la inspiración que el francés reflejaba en sus poemas. Petrarca se refiere también a su "espíritu inquieto", a su ansia de traducir en obras las emanaciones de su inspiración. Otros autores contemporáneos de Vitry y también de épocas posteriores se refirieron a él con elogios dedicados no sólo a su excelencia como músico, sino, en general, a la lucidez de su espíritu, que hizo de él uno de los protagonistas de la renovación del pensamiento y la estética medievales. En realidad no se han conservado muchas obras que puedan atribuírsele. Tan sólo contamos hoy en día con unos quince motetes repartidos en diferentes manuscritos(Sequentia)


Varias de estas composiciones musicales no llevan ninguna clase de rúbrica o adscripción, pero algunos teóricos musicales se refieren a ellos como creaciones de Philippe de Vitry. Sus características coinciden, en general, con las que presentan otros motetes que sí pueden atribuírsele con mayor certeza.

Estas obras se caracterizan, sobre todo, por un nuevo lirismo, por una emancipación de la melodía con respecto a los antiguos ritmos modales, así como por su estructura isorrítmica. Es precisamente esta estructura isorrítmica la que consigue perfilar la estructura de la nueva forma de motete cultivada por Vitry, pues esta técnica se basaba en la repetición de un complejo esquema rítmico que se aplicaba al menos a dos de las voces de las que se compone la polifonía. Este esquema se repetiría así varias veces en cada motete. También el texto de cada obra se aplicaba dentro de esta estructura. Para la elección de estos poemas el autor de los motetes parece guiarse por consideraciones extra-musicales, en las que los aspectos simbólicos parecen haber tenido una considerable importancia. Hoy en día no se poseen las suficientes claves como para desvelar en su totalidad la simbología que presentan las obras de Philippe de Vitry y de otros compositores que siguieron sus técnicas, pero al menos sí podemos permitirnos intuirlas.

El tratado Ars Nova y la renovación de la polifonía medieval.
Dentro de esta obra teórica “Ars Nova”, el autor defiende una nueva manera de componer música polifónica que se opone a los principios que habían caracterizado la polifonía de épocas anteriores, particularmente la compuesta a lo largo del siglo XIII, identificada genéricamente como “Ars Antiqua”. Las nuevas técnicas defendidas por Philippe de Vitry en su tratado se refieren, más que a la innovación en los aspectos armónicos, a los que tienen que ver con la duración de las notas. La armonía que aparece en las obras de Vitry y en otras obras del período, tiende a proseguir la evolución ya surgida a partir del “organum”, es decir, la polifonía basada en consonancias perfectas.

Pero si existe un aspecto en el que el compositor y tratadista se manifiesta como profundamente innovador dentro de su tratado “Ars Nova”, es en su visión del ritmo, así como en todo lo que se refiere al desarrollo de un sistema de notación musical capaz de reflejar sobre el papel, no sólo los aspectos básicos referidos a la mayor o menor duración del sonido musical, sino también, toda una serie de exigencias rítmicas que la música polifónica del XIV había comenzado a plantear. La rudimentaria notación medieval había llegado a alcanzar un grado de perfección suficiente como para expresar la altura de los sonidos, pero nunca fue lo suficientemente exacta como para expresar con precisión la duración de cada uno de ellos. En lo que se refiere a las composiciones monódicas, es decir, las destinadas a ser interpretadas por una sola voz, el intérprete (o los intérpretes, si eran varias las voces que entonaban la melodía al unísono), podían guiarse por los acentos del texto que estuvieran interpretando.

Tratado de Vitry
Si bien, aun así, la medida debía de resultar muy inexacta. La cuestión se complicó cuando surgió y comenzó a desarrollarse la música polifónica, es decir, la compuesta para ser interpretada por varias voces que no siempre cantan al unísono, sino que presentan ritmos diferentes. En la época en la que vivió y desarrolló su trabajo Philippe de Vitry, la complejidad rítmica de la nueva música había alcanzado tal grado, que se hacía necesario desarrollar un sistema de notación musical capaz de expresar y fijar la estructura rítmica de cada voz, así como los nuevos y complejísimos recursos, generalmente basados también en la duración de los sonidos, tales como el hoquetus o las variadas clases de entradas a contratiempo a las que se veían sometidas las distintas voces que componían el entramado polifónico de las nuevas obras.

En una época aproximadamente contemporánea al momento en que Philippe de Vitry parece haber redactado su tratado “Ars Nova”, también en la Península Italiana algunos músicos y teóricos estaban llevando a cabo diversos intentos por reformar la notación musical con el fin de adecuarla a los requisitos de mayor precisión en la descripción de los tiempos y de la duración de los sonidos que demandaban las nuevas composiciones. La imaginación de estos músicos del siglo XIV, con Philippe de Vitry a la cabeza, parece no tener fin en lo que se refiere a imaginar nuevas retóricas y nuevos recursos que llevaron a sus composiciones a un grado tal de sofisticación que el movimiento acabó, prácticamente, devorándose a sí mismo, al menos en lo que a los recursos estéticos se refiere. Para finales del siglo XIV el camino del “Ars Nova” iniciado en Francia por Philippe de Vitry, se encontraba prácticamente agotado.

El nombre de Philippe de Vitry se ha visto también asociado al de la obra titulada “Roman de Fauvel” (Studio der Frühen Musik - Thomas Binkley, dir), una obra satírica escrita en París entre los años 1310 y 1318, que cuanta cómo Fauvel, un asno que vive en un establo, llega a convertirse en el señor del mundo, al que todos obedecen. El nombre de Fauvel consiste en realidad, según explica el propio texto, en el acrónimo formado por las primeras letras de las palabras Flaterie, Avarice, Vilanie, Variété, Envie y Lascheté (Adulación, Avaricia, Vacilación, Envidia e Informalidad), defectos todos ellos que "adornan" la personalidad de este Fauvel, protagonista de la obra. A lo largo del “roman” van apareciendo diversos personajes de todas clases y condiciones sociales que se esfuerzan por purificar al asno Fauvel, naturalmente sin conseguirlo.

Roman de Fauvel
El autor del texto parece haber sido Gervais de Bus. Con esta obra, el escritor lanzaba un enérgico ataque contra las instituciones contemporáneas y, en particular, contra los desórdenes, abusos y corrupciones que estaban haciendo perder a la Iglesia romana, cuya sede se encontraba en Avignon por aquellos días, el norte de su misión apostólica.
Dentro del Roman de Fauvel aparecen diversas interpolaciones en forma de variadas composiciones musicales: veintitrés motetes en tres partes cada uno, "Le roman de Fauvel: Fauvel et Fortune: Motet "Quomodo cantabimus”, diez en dos partes, treinta y dos prosas y lais, catorce rondeaux, ballades y estribillos y cincuenta y dos aleluyas, antífonas, responsorios, himnos y versículos. A pesar de que algunas de estas composiciones musicales siguen presentando las características típicas de la música del Ars Antiqua, en la mayoría de ellas ya se aprecia una evidente consolidación de los principios estilísticos propios del “Ars Nova”.

Obras, canciones y Motetes:
- "Tuba sacre fidei / In arboris" (The Orlando Consort & Vocal Quartet)
- "Je qui paoir seule ai de conforter" (Sequentia)
- “Vos quid admiramini; Gratissima virginis species” (Gothic Voices)
- "Garrit Gallus flendo dolorose - In nova fert animus - Neuma" (Sequentia)
- "Firmissime fidem teneamus - Adesto, sancta trinitas - Alleluya, Benedictus” (Sequentia)
- “Talant j'ai que d'obeir” (Sequentia)

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