19 mayo 2012

LP 'Oar'


El 19 de mayo de 1969 se publicó en el Reino Unido 'Oar', el único álbum en solitario del músico Skip Spence, ex-miembro de Quicksilver Messenger Service y Jefferson Airplane, y hasta ese momento, miembro de Moby Grape, una de las mejores bandas surgida en San Francisco en los sesenta. En junio de 1968, Alexander 'Skip' Spence fue ingresado en la sección psiquiátrica del hospital Bellevue de Nueva York, tras un desagradable incidente relatado más adelante, poniendo fin a una etapa de su vida altamente creativa. Irónicamente, fue un momento en el que escribió gran cantidad de canciones, puesto que el retiro en Bellevue le proporcionó el tiempo y la soledad necesaria para crear lo que sería su obra más conocida y alabada por artistas como Beck, Tom Waits y Robert Plant.

Moby Grape
Habiendo pasado gran parte de su juventud en San José, tras mudarse sus padres desde Ontario, el joven Spence, rebosante de talento, no pudo encontrar mejor punto de partida que San Francisco. A finales de 1966 ya había estado involucrado en dos bandas seminales de acid-rock, una primera versión de Quicksilver Messenger Service y la primera formación en disco de Jefferson Airplane, banda en la que tocaba la batería. Matthew Katz, un antiguo manager de los Jefferson captó la necesidad de mayor protagonismo de Spence y formó un grupo alrededor de él con veteranos del R&B como Don Stevenson, Peter Lewis, Bob Mosley y Jerry Miller. Había nacido Moby Grape.

'Moby Grape' (1967)
Un joven productor y descubridor de talentos, David Rubinson, nativo de la costa Este y con cierto nombre en la industria discográfica, se encontraba en San Francisco por otros motivos cuando, por casualidad, vio un show de la banda. Desde ese preciso instante David sabía que tenía que trabajar con esos chicos. 45 años después recuerda emocionado: "Eran increíbles. No había cantante solista. Todos cantaban armonías a cinco voces, los arreglos a tres guitarras eran asombrosos y Mosley era un bajista de primera." Su instinto le dijo que aquella era una apuesta segura, así que movió cielo y tierra para conseguirles un contrato con Columbia Records. Trabó amistad con los músicos, trabajó con ellos, les pagó los alquileres y los arreglos dentales y, lo más importante, creía en ellos. Y no se equivocó; 'Moby Grape' (1967), el primer álbum de la banda, sigue estando considerado como uno de los mejores discos debut de aquella época.

Alexander 'Skip' Spence
Aunque en espíritu eran similares a sus coetáneos, Moby Grape no tenía mucho en común con ellos musicalmente. Quitaron la crema y las cerezas y lo mantuvieron simple: sin instrumentaciones exageradas, sin letras surrealistas ni ojos llenos de estrellitas. Y funcionó. Diez canciones con sentido, con sólo dos que rebasaban los tres minutos, cualquiera de ellas con posibilidades de ser un single. Desafortunadamente la mala gestión de Katz -según muchos, uno de los peores mánagers de la historia-, fue un obstáculo para la carrera de Moby Grape.
Hubo -por así decirlo- demasiadas 'distracciones' durante la grabación del primer LP en Los Ángeles, por lo que Rubinson pensó que sería mejor realizar el segundo en Nueva York, donde podían concentrarse en el trabajo sin interrupciones, contando con una oferta mayor de estudios e ingenieros, además de disponer de más horas de grabación.

Skip Spence
Así que los músicos tuvieron que dejar California y hospedarse en un hotel. En aquel momento, Spence ya había dado muestras de cierto desequilibrio en los textos de sus canciones y, fue finalizando las sesiones en Nueva York, cuando Skip conoció a una mujer británica llamada Johanna, quien practicaba la magia negra y decía poseer un ácido que "te mantenía tres días volando". Se esfumaron en la noche y estuvo dos días desaparecido. Cuando Spence volvió al hotel, se encontraba en pleno 'viaje' y muy excitado. Johanna le había convencido de que sus compañeros de grupo eran "personificaciones diabólicas y representantes del mal". David Rubinson estaba trabajando en el estudio de CBS con el ingeniero Roy Halee, cuando recibió una llamada desde el hotel del road manager del grupo. Aparentemente, Spence había entrado en la habitación de Don Stevenson abriéndose paso con un hacha con el propósito de acabar con él. Al no encontrarle allí, Spence se había dirigido con los ojos inyectados en sangre hacia los estudios CBS en un taxi.

"Cómo logró tomar un taxi con un hacha en la mano es algo que todavía no me explico." -comenta David"¡Pero así era Nueva York!". En la puerta de CBS coincidieron Spence, Don Stevenson, Henry Miller, objetivos de la ira de Spence, y la policía, que había sido alertada por Rubinson. Durante el tenso forcejeo que se originó, David fue capaz de arrebatarle el hacha a Spence y la policía se hizo cargo de él, tras lo que el productor, Miller y Stevenson siguieron al coche policía que trasladaba a Spence a la comisaría. "Don y Jerry tuvieron que acompañarme para presentar cargos, porque no veíamos otra manera de acabar con aquello, quizás la jodimos, pero yo no sabía nada acerca de las drogas, maldita sea. Pero no había forma de razonar con él...¡Sus ojos parecían un tragaperras!"

Hospital psiquiátrico Bellevue
Spence fue trasladado al centro de detención de Manhattan (también conocido como 'las tumbas') y posteriormente al Hospital Bellevue, donde fue diagnosticado con esquizofrenia. Allí permaneció seis meses escribiendo lo que sería 'Oar'. Cuando estaba cercana su liberación, Spence le comunicó a Rubinson el deseo de grabar unas canciones que había compuesto. Éste le sugirió los estudios Columbia de Nashville, donde trabajaba un ingeniero especialmente paciente, Mike Figlio. Cuenta el mito urbano que Spence, el día de su liberación, condujo en una motocicleta y vestido en pijama hasta los estudios de Nashville. Rubinson advirtió a Figlio que grabara todo lo que Spence tocara. La mayoría de los temas se grabaron en un magnetófono de tres pistas y Spence se hizo cargo de todos los instrumentos. Rubinson prefirió no estar presente en las sesiones para no coartar su creatividad.

El viaje a través de los surcos de este disco, desde las guitarras hipnóticas de 'Little hands', pasando por sus lamentos fantasmales en clave country tocados por la profunda y somnolienta voz de barítono de Spence -a lo Johnny Cash- como 'Cripple creek', 'Weighted down' o 'Broken heart', hasta el monótono mantra de nueve minutos de 'Grey/Afro' con un solo de batería pasado por flanger, no es nada fácil. Pero de alguna manera te atrapa. Combinando las divagaciones de un hombre al borde del colapso mental con momentos jocosos de relajación displicente, 'Oar' es un disco extraño y seductor. El sonido es íntimo y cuando menos, inquietante. La música tiene un aire de improvisación desigual y los acompañamientos son parcos. De hecho, Spence grabó los temas a modo de maquetas, y le entregó las cintas a Rubinson para que les diera cuerpo con mayor producción.  

Skip Spence en 1995
David publicó el álbum tal como estaba, ante el estupor de los ejecutivos de Columbia. A pesar de sus ruegos, no recibió promoción y fue en su momento el disco menos vendido del catálogo de Columbia Records, por lo que fue retirado al año siguiente. Spence, retirado de la música tras la grabación de 'Oar' fue arrastrando su esquizofrenia de hospicio en hospicio, hasta que murió en 1999 dos días antes de cumplir 54 años.


Las posteriores reediciones en CD de 1991 y 1999 añadían diez temas inéditos:

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