30 abril 2012

Franz Lehár


El 30 de abril de 1870 nació en Komáron (Hungría, hoy Eslovaquia) el compositor y director de orquesta húngaro Franz Lehar quien, junto a Jacques Offenbach y Johann Strauss fue uno de los más notables compositores de operetas y contribuyó en gran medida a renovar el género. Aunque Lehár era húngaro, compuso la mayoría de sus obras en Austria. Su padre componía danzas y marchas y dirigía una banda musical del ejército austrohúngaro. Debido a este empleo, Franz tuvo que viajar junto a su familia por distintas ciudades del imperio. En 1880, el joven Lehár ya tocaba el violín en la orquesta de su tío en Bad Ullersdorf (Moravia). Cuando contaba doce años, fue admitido en el Conservatorio de Praga donde estudió violín con Antonin Bennewitz y teoría con Anton Foerster. Además, allí tuvo la ocasión de conocer a Dvorak, quien le aconsejó que abandonara el violín a favor de la composición.

Franz Lehár
Tras acabar sus estudios musicales se alistó en el ejército e ingresó como violinista en la orquesta de su padre, donde conocería al que más tarde sería su amigo y colega, el también compositor Leo Fall. A los veinte años dejó el violín para dirigir la banda musical del ejército austrohúngaro en la base naval de Pola, en el mar Adriático. Dicho puesto le sirvió para mejorar su técnica en orquestación, ya que tuvo a su disposición una agrupación musical de más de un centenar de miembros. Allí conoció a Felix Falzari, libretista de su primera ópera “Kukuschka”. Lehár confiaba en obtener ingresos económicos gracias a esta ópera y por ello dejó su puesto en el ejército; pero Kukuschka, que se interpretó en Leipzig y Budapest en 1896, no obtuvo el éxito deseado y Lehár tuvo que volver a dirigir una banda militar, esta vez en Viena.

Pauline de Metternich
Su popularidad comenzó cuando, en 1902, compuso el vals “Gold und Silber” (Robert Stolz, dir. & Berliner Symphoniker) para la Princesa Metternich. Este éxito sí le dio la posibilidad de abandonar el ejército y obtener un puesto de director en el Theater an der Wien de la capital austriaca, para el que escribió la opereta “Wiener Frauen” (Mujeres vienesas) también en 1902. Para un teatro de la competencia, el Carltheater, Lehár escribió “Der Rastelbinder” (El calderero), con texto de Victor Léon. Al hacerse pública la noticia, tuvo que dimitir de su puesto en el Theater an der Wien y dedicarse a la composición de manera independiente. Siguió escribiendo obras para la escena como “Der Göttergatte” y “Die Juxheirat", ambas de 1904.


Un año más tarde compuso la opereta que le consagraría como uno de los grandes del género: “Die lustige Witwe” (La Viuda Alegre) (Orquesta Filarmónica de Berlín & dir. Herbert von Karajan), estrenada el 30 de diciembre de ese mismo año en el Theater an der Wien.

Richard Tauber
A partir de ese momento se centró en la composición de operetas, por lo que ya antes del estallido de la Primera Guerra Mundial había escrito “Der Graf von Luxembourg” (El Conde de Luxemburgo), “Zigeunerliebe” y “Eva”. Tras la contienda compuso “Frasquita” (1922), una opereta de aires españoles, y ese mismo año entró en contacto con el tenor Richard Tauber, para el que escribiría posteriormente “Paganini” (1925), “Der Zarewitsch” (1927), “Friederike “(1928), “Das Land des Lächelns” (El País de las Sonrisas) (1929), “Schön ist die Welt” (1931) y “Giuditta” (1934) - "Meine Lippen sie küssen so heiss" (Anna Netrebko &BBC Symphony Orchestra, dir. Jirí Belohlávek).

Lehár en 1934
Durante la década de los años treinta, Lehár compuso música para diversas películas y concluyó su carrera como compositor de operetas con la ya citada "Giuditta", de 1934. Al año siguiente fundó su propia editorial, Glocken Verlag, y readquirió los derechos de todas sus obras salvo de La Viuda Alegre, que permanecieron en la editorial Doblinger. Continuó centrando sus esfuerzos en la industria editorial así como en la revisión de su obra “Zigeunerliebe”, que decidió transformar en la ópera titulada “Garabonciás diák", cuyo estreno tuvo lugar en Budapest en 1943.

Herzmansky, Lehár y Goebbels
Las relaciones de Lehár con el régimen nazi no fueron fáciles. Siempre había usado escritores de procedencia judía para sus libretos y él mismo se movía en los círculos artísticos de Viena, que también contaba con un respetable contingente de judíos. Además, aunque Lehár era católico, su mujer Sophie, había sido judía hasta su conversión por matrimonio, y esto ya era suficiente para generar hostilidades contra su persona y su obra en los sectores más radicales del partido nazi. A Hitler le agradaba la música de Lehár y gracias a la intervención de Goebbels, que concedió a Sophie el título de 'aria de honor', decreció la animadversión hacia él. Aun así hubo por lo menos un intento para deportar a su esposa.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Lehár residió en Viena y en la localidad termal austriaca de Bad Ischl.  Falleció en 1948 en Bad Ischl, (Austria) el 24 de octubre de 1948, donde en la actualidad se celebra regularmente un festival de opereta.


Obra
La obra de Lehár puede dividirse en dos etapas separadas por la Primera Guerra Mundial. Antes de 1914 obtuvo éxitos con su vals “Gold und Silber” y con sus primeras operetas. Sus obras de juventud contienen melodías ligeras y de gran fluidez y en muchas de estas primeras composiciones aparece el vals como danza predominante. Los valses de Lehár son más vaporosos y sutiles que los de compositores de la anterior generación como Johann Strauss El Viejo, y su orquestación es de gran calidad ya que recibió influencias de grandes maestros como Puccini o Dvorak.

En ocasiones dotó a sus obras de aires folclóricos, caso de “Der Zarewitsch”, de ambiente ruso, o “Das Land des Lächelns” (José Carreras, tenor) que posee resonancias chinas. Asimismo, y debido a sus conocimientos de violín, dedicó a ese instrumento numerosos solos que aparecen a lo largo de sus obras escénicas. Pero sin duda fue en “La Viuda Alegre” donde logró desarrollar al máximo sus posibilidades dentro de este primer periodo. En esta obra consiguió como ningún otro compositor de operetas, entrelazar la música con la acción. Al reproche de que sus operetas fueran demasiado cercanas a las óperas, trágicas y sentimentales, él respondió: “No comprendo por qué la finalidad de una opereta deba ser reducir todo lo bonito y sublime a algo ridículo y gracioso. ¡Mi objetivo es refinar la opereta!“

A partir de 1914, Lehár decidió alejarse de los temas ligeros para centrarse en argumentos de mayor profundidad. Así, en su opereta “Eva” nos muestra los problemas de una mujer que trabaja en una fábrica y, años más tarde, en “Friederike”, aborda la vida del escritor Goethe. Fue Richard Tauber quien interpretó el papel del escritor alemán, además de encarnar otros roles escritos expresamente para él por Lehár, quien creó para el tenor austriaco un tipo de canción que adquirió gran popularidad. Se encuentran ejemplos de dichas melodías en "Friederike" (“O Mädchen, mein Mädchen”) o en "Das Land des Lächelns" (“Dein ist mein ganzes Herz”).

En este segundo periodo creativo, la escritura vocal de Lehár se hizo más ambiciosa, y fue en “Giuditta” (1934), su última opereta, en la que Lehár llegó a la cima de su creatividad. La obra está escrita para cantantes de ópera, de voces más poderosas y de tesitura más amplia, por lo que fue interpretada inicialmente por Richard Tauber y Jarmila Novotna. Su estreno en la Staatsoper de Viena fue retransmitido por más de un centenar de emisoras de radio.

Operetas
"Wiener Frauen" (Mujeres vienesas) (1902) (Tonhalle Orchestra of Zurich, dir Franz Lehar)
"Der Rastelbinder" (El calderero) (1902)
"Der Göttergatte" (La boda de los dioses) (1904) Obertura (Staatskappelle Dresden dir Christian Thielemann)

Die lustige Witwe (La viuda alegre), (1905) es una opereta en tres actos con libreto en alemán de Victor Léon y Leo Stein basados en la comedia L'attaché d'ambassade (1861) de Henri Meilhac, relativa a una rica viuda, y el intento de sus paisanos de mantener su dinero en el principado encontrándole un buen marido. Fue estrenada en Viena el 30 de diciembre de 1905 y desde entonces es considerada una de las obras más importantes del género. La opereta ha disfrutado de un éxito internacional extraordinario desde su estreno y sigue representándose y grabándose con frecuencia. Entre los pasajes musicales conocidos se encuentra la "canción de Vilia" (Renée Fleming, soprano), "Da geh' ich zu Maxim" (Me encontraréis en el Maxim's) (Christopher Maltman), "Lippen schweigen" (Los labios callan) y el "Vals de la viuda alegre” (Christopher Maltman & Renée Fleming)


"Das Fürstenkind", (El infante) (1909)
"Der Graf von Luxemburg" (El conde de Luxemburgo) (1909) Intermezzo-Ballett (Staatskapelle Dresden & dir. Christian Thielemann)
"Zigeunerliebe" (Amor gitano) (1910) - Dueto (Soprano: Hillevi Martinpelto & Tenor: Zachos Terzakis)

"Eva" (opereta) (1911) (Joan Sutherland, soprano)
"Endlich allein" (Al fin solos) (1914)
"Wo die Lerche singt" (Donde canta la alondra) (1918) (Willi Boskovsky & Wiener Johann Strauss Orchester)
"Die blaue Mazur" (1920)
"Frasquita" (1922)

"Paganini" (1925) -"Liebe, du Himmel auf Erden" (Andre Rieu & Carmen Monarcha).
"Der Zarewitsch", (El zárevich) (1926) (Marino van Wakeren, Tenor).
"Friederike" (1928) "Oh Mädchen, mein Mädchen" (Peter Anders)
"Das Land des Lächelns" (El país de las sonrisas), (1929), Obertura (Franz Lehar, dir. & Orquesta Filarmónia de Viena); Acto II “Dein ist mein Ganzes” (Plácido Domingo)
"Schön ist die Welt" (Bello es el mundo), (1930) (Peter Anders, tenor & Orchester des Südwestfunks Baden-Baden)
"Giuditta", (1934) (Staatskapelle Dresden & dir. Christian Thielemann)

Ballet
Parte de la música de "La Viuda alegre" fue también utilizada en el ballet del mismo nombre, creado y puesto en escena por Sir Robert Helpmann (Ballet Nacional de Canadá) después de ser autorizado por los herederos de Franz Lehár. La orquestación del ballet a partir de la opereta fue arreglada por John Lanchbery y Alan Abbot.

Películas
Se filmaron tres películas sobre La viuda alegre: en 1925 por John Gilbert en el rol de Danilo; en 1934 una versión completamente nueva, por Ernst Lubitsch con nueva música y la actuación de Maurice Chevalier y en 1952, por Curtis Bernhardt, protagonizada por Lana Turner y Fernando Lamas, siendo esta nominada a dos premios Oscar.

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