25 marzo 2012

Béla Bartók


El 25 de marzo de 1881 nació en Nagyszenmiklós, hoy Sinnicolua Mare, actual Rumania, el músico, compositor, pianista e investigador húngaro de música folclórica de la Europa oriental, Bela Bartók, el cual es considerado uno de los fundadores de la etnomusicología, basada en las relaciones que unen la etnología y la musicología. Junto a su compatriota Zoltán Kodály, Bela Bartok es el compositor más importante que ha dado la música húngara a lo largo de su historia y una de las figuras imprescindibles en las que se fundamenta la música contemporánea.

Bartok en 1899
Hijo de un maestro de la Escuela de Agricultura de Nagyszenmiklós, los siete primeros años de vida del futuro músico transcurrieron en esta pequeña localidad, hoy perteneciente a Rumania. Fallecido su padre en 1888, su infancia se desarrolló en las diversas poblaciones húngaras a las que su madre, institutriz, era destinada. Aunque los primeros pasos de Bartok en el mundo de la música se decantaron hacia la interpretación pianística (en 1905 llegó a presentarse al prestigioso Concurso Rubinstein de piano, en el que fue superado por un joven Wilhelm Backhaus), pronto sus intereses se inclinaron decididamente por la composición musical. De trascendental importancia fue el descubrimiento del folclore húngaro que Bartók, junto al mencionado Kodály, estudió de manera apasionada de pueblo en pueblo y de aldea en aldea, con ayuda de un rudimentario fonógrafo y papel pautado.

Su influencia en su propia labor creadora sería determinante, hasta convertirse en la principal característica de su estilo y permitirle desvincularse de la profunda deuda con la tradición romántica anterior –en especial de la representada por autores como Liszt, Brahms y Richard Strauss– que se apreciaba en sus primeras composiciones, entre las que figura el poema sinfónico Kossuth. No sólo el folclore húngaro atrajo sus miras: también lo hicieron el eslovaco, el rumano, el turco o el árabe.

Con todo, no hay que pensar por ello que en sus obras se limitara a citarlo o a recrearlo, antes al contrario: era sólo el punto de partida para una música absolutamente original, ajena a los grandes movimientos que dominaban la creación musical de la primera mitad del siglo XX, el neoclasicismo de Stravinsky y el dodecafonismo de Schönberg, por más que en ocasiones utilizara algunos de sus recursos.
Si bien en algunas composiciones se conserva total o parcialmente la melodía original: Cuarenta y cuatro dúos para dos violines, “6 piezas dúo nº 44” (András Keller & János Pilz, violines), en otras, sobre todo en las más maduras, se asiste a la total absorción de los ritmos y las formas populares, de manera tal que, pese a no existir referencias directas, se advierte en todo momento su presencia.


Durante la Primera Guerra Mundial, escribió los ballets “El príncipe de madera” y “El mandarín maravilloso”, seguidos por dos sonatas para violín y piano, que son armónica y estructuralmente unas de sus más complejas piezas. Escribió su segundo cuarteto de cuerdas en 1917.

En 1927-1928 compuso el Tercero y el Cuarto cuarteto de cuerdas, considerados como unos de los cuartetos más importantes de la música clásica. En el Quinto Cuarteto de 1934 vuelve a un lenguaje armónico más simplificado y es más tradicional. Escribió su sexto y último cuarteto en 1939.
Páginas como las de la única ópera escrita por el músico, “El castillo de Barba Azul”; los ballets “El príncipe de madera” y “El mandarín maravilloso”; el “Concierto para piano n.º 1” y el “Allegro bárbaro para piano” (Balázs Szokolay, piano), contribuyeron a hacer de Bartok un autor conocido dentro y fuera de las fronteras de su patria, a pesar del escándalo que suscitaron algunas de ellas por lo atrevido de su lenguaje armónico, rítmico y tímbrico.

Profesor de piano en la Academia de Música de Budapest desde 1907 y director adjunto de esta misma institución desde 1919, en 1934 abandonó los cargos docentes para proseguir su investigación en el campo de la musicología popular, al mismo tiempo que, como pianista, ofrecía recitales de sus obras en toda Europa y continuaba su tarea creativa, con partituras tan importantes como “Música para cuerdas, percusión y celesta” y la “Sonata para dos pianos y percusión” (Murray Perahia- piano I, Sir Georg Solti - piano II, Evelyn Glennie - percusión, David Corkhill - percusión)

El estallido de la Segunda Guerra Mundial le obligó, como a tantos otros de sus colegas, a buscar refugio en Estados Unidos. Allí, a pesar de algunos encargos puntuales como la “Sonata para violín solo” o el “Concierto para orquesta”, Bartok pasó por serias dificultades económicas, agravadas por su precario estado de salud. A su muerte, a causa de una leucemia, dejó inacabadas algunas composiciones, como el “Concierto para piano n.º 3” y el “Concierto para viola” (Yuri Bashmet & Berliner Philharmoniker), ambas culminadas por su discípulo Tibor Serly.
Fue enterrado en el Cementerio Ferncliff de Hartsdale, Nueva York, pero en julio de 1988, sus restos fueron transferidos a Budapest a petición de sus hijos, Béla y Peter, donde recibió un funeral de Estado.


Sistema compositivo
Bartók nunca habló de su técnica compositiva. Fue el musicólogo húngaro Ernö Lendvai quien dedicó gran parte de su vida a descubrir las bases de este sistema. Según Lendvai, la música de Bartók está basada en gran parte en sus investigaciones con el folklore, en especial del húngaro, y podría dividirse en dos grandes bloques, distintos en cuanto a concepción pero complementarios entre sí, llegando a alternarse incluso en una misma obra en distintas secciones; son el Sistema diatónico, basado en la música folklórica, sus modos y ritmos, en la escala acústica, y en otros procedimientos que no entraremos a valorar, y el sistema cromático, influenciado también por el folklore, y que se basa por un lado en el sistema axial, y por otro en la proporción áurea.

1) El sistema axial
Se trata de la división de círculo de quintas en tres ejes dobles, uno de tónica, otro de dominante y otro de subdominante. Cada función tiene dos ejes, eje principal y eje secundario. A su vez cada eje tiene dos extremos, polo y antípoda. Aunque el parentesco entre un polo y su antípoda es menos cercano que con los puntos vecinos, cada polo puede ser sustituido por su antípoda, realizando la misma función. Por tanto, se mantienen las funciones tradicionales de I, IV y V. Una sucesión MI-LA-RE-SOL-DO-FA, en Bartók puede ser MI-LA-LAb-REb-DO-FA.


2) La proporción áurea
El método de Bartók, en su construcción formal, está estrechamente ligado a las leyes del Número Áureo. Éste constituye un elemento formal que es, al menos, tan significativo en la música de Bartók, como la cuadratura en el periodo clásico. La división áurea puede considerarse que sigue uno o dos cursos posibles, según aparezca primero la sección más larga o la más corta. Llamaremos sección positiva a la sección larga; la otra posibilidad será la sección negativa, la sección corta seguida de la larga. Un estudio analítico de varias obras de Bartók permite llegar a la conclusión de que la sección positiva va acompañada de intensificación, ascenso dinámico o concentración de material, mientras que la sección negativa de descenso y apaciguamiento.


El estudio de estas proporciones nos conduce inmediatamente a la cuestión del uso que hacía Bartók de acordes, escalas e intervalos. Estrechamente emparentada con la razón áurea (a la que tiende la razón de dos términos consecutivos) se encuentra la sucesión de Fibonacci. De modo intuitivo o consciente, esta serie numérica ha sido utilizada por las distancias proporcionales que guardan sus términos. Un ejemplo claro donde Bartók usó la serie para crear su "escala Fibonacci" es en su obra “Música para instrumentos de cuerda, percusión y celesta”, o en sus cuartetos de cuerda: Cuarteto nº 1, (Novák Quartet) un análisis de su fuga nos muestra la aparición de la serie y de la razón áurea.

Obras selectas
Sus obras se suelen citar siguiendo el catálogo preparado por el musicólogo András Szőllősy, añadiéndoles Sz delante del número de opus.

Música orquestal
Tres conciertos para piano - Concierto para piano nº 1 Movimiento I, (Maurizio Pollini, piano; Pierre Boulez & The Orchestre de Paris) - Concierto para piano nº 2. Movimiento I, 2/5 (Alberto Nosè, piano & Finnish Radio Symphony Orchestra, Hannu Lint)
 - Concierto para piano nº 3: Allegretto - Adagio religioso - Allegro vivace  (Orchestre Symphonique de Birmingham, dir. Sir Simon RattleAndreas Schiff, piano)
Dos conciertos para violín  - Concierto Nº 1. Andante Sostenuto (Chicago Symphony Orchestra, Kyung Wha Chung & Sir Georg Solti) - Concierto Nº 2 (Frank Peter Zimmermann, Orquesta Nacional de España)
Concierto para viola (Yuri Bashmet & Berliner Philharmoniker)
Concierto para Orquesta (David Zinman, dir · Berliner Philharmoniker)
Dos rapsodias para violín y orquesta - Rapsodia nº 1 (Josef Szigeti, Violín & Béla Bartok, Piano)
Danzas folklóricas rumanas (The Danubia Orchestra, dir. Domonkos Héja)
Dance Suite (Ingo Metzmacher &
Deutsches Symphonie-Orchester Berlin)


Música coral
Cantata Profana (1930) (Chicago Symphony Chorus & Chicago Symphony Orchestra, dir. Pierre Boulez)
De tiempos antiguos (1935)


Música de cámara
Sonata para dos pianos y percusión (1937) I. Introducción- Assai lento – allegro moderato  II. Lento ma non troppo – III allegro ma non troppo (Murray Perahia, piano I & Sir Georg Solti, piano II)

Música para cuerda, percusión y celesta, Sz. 106 (1936) (Murray Perahia - piano I, Sir Georg Solti- piano II & Evelyn Glennie David Corkhill - percusión)
Contrastes, Sz. 111 para clarinete, violín y piano (1938) (Yehudi Menuhin violin & Jeremy Menuhin, clarinete).
Seis cuartetos de cuerdas - Cuarteto de cuerdas Nº 3 (Novák quartet) - Cuarteto Nº 4 . IV. Alegretto Pizzicatto (Amadeus Quartet) - Cuarteto de cuerdas Nº 5 (The Juilliard String Quartet).
Tres sonatas para violín Sonata- Fuga (Gidon Kremer)
44 dúos para dos violines - Volumen I: Libro 1 (No.1-14) & Libro 2 (No.15-25) - Volumen II: Libro 3 (No.26-36) & Libro 2 (No.37-44) (Itzhak Perlman & Pinchas Zukerman, violines)

Piano
Allegro barbaro (1911)
Danzas folklóricas rumanas (1915) (Román Népi Táncok)
Sonatina (1915) (Monique Haas, piano)
Al aire libre (1926)
Sonata (1926) Nº 3 Allegro Molto (Lang-Lang)
Mikrokosmos (1926, 1932–39) Volumen I, 1-17, Volumen II, 52-66Volumen III, 67-83Volumen IV, 114-121Volumen V, 122-131 (Claude Helffer, piano & Haakon Austbö, segundo piano

Música escénica
El castillo de Barba Azul Sz. 48 (Op.11), ópera 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
(Sir Georg Solti, Sylvia Sass, London Philharmonic Orchestra & Kolos Kováts)
El mandarín maravilloso, ballet (Zubin Mehta, dir.& Berliner Philharmoniker)
El príncipe de madera, ballet (The Chicago Symphony Orchestra & dir. Pierre Boulez)

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