14 febrero 2012

Tim Buckley


El 14 de febrero de 1947 nació en Washington D.C. el cantautor norteamericano Tim Buckley, que durante su carrera desarrollada entre los años sesenta y setenta desconcertó a muchos de sus seguidores con su habilidad de hacer cohabitar en su música géneros como el jazz, folk, soul, rock psicodélico y avant garde.

Tim en 1964
Su amplio registro vocal de tres octavas y media no sólo era capaz de un poderío asombroso, también poseía una gran expresividad emocional, que podía variar desde un tono de ternura desconsolada hasta un alarido angustiado. Su incansable búsqueda de nuevos territorios musicales no trabajó a favor de su éxito comercial, ya que en el momento en el que sus fans se enganchaban a uno de sus álbumes, en el siguiente iba por un camino totalmente diferente, tanto en directo como en el estudio. En este sentido recuerda a artistas como Miles Davis y David Bowie, los cuales en su ansia de ir hacia adelante y cambiar a toda csota, confundían a sus seguidores que hubieran deseado una mayor consistencia de estilo. No obstante, el eclecticismo y la experimentación de la obra de Buckley, ya considerada de culto, ha generado con el tiempo una fascinación en posteriores generaciones que en su día no disfrutaron del artista en directo.

Boda de Tim y Mary en 1965
Con cinco años tuvo su contacto con el jazz, ya que su madre era una devota fan de Miles Davis. En 1952 la familia se mudó a Bell Gardens (California), donde Tim, ya con 13 años, aprendió a tocar el banjo y tocaba con su amigo Dan Gordon en un grupo. Dos años después, en la Buena Vista High School, lo intentó con el fútbol americano como quarterback, pero tras sufrir varias lesiones, en 1964 abandonó la idea y continuó con la música. Formó los grupos The Bohemians y Harlequins 3 con sus colegas Larry Beckett y Jim Fielder y realizó varias actuaciones por los alrededores de Los Ángeles. En 1965 la familia se traslada a Anaheim y sus padres se separan. Cuando terminó el instituto ingresó en la universidad, pero sólo aguantó dos semanas. En noviembre se casó con su compañera de instituto Mary Guibert y Tim trabajaba durante el dia y por las noches actuaba en clubs folk de Orange County (California), la misma escena folk de la que surgieron también Jackson Browne y la Nitty Gritty Dirt Band.

Tim Buckley (1966)
Pronto la vida de casado se le hizo cuesta arriba y se divorció dos meses antes de nacer Jeff, hijo que vería y conocería por primera y única vez en 1974 y que años más tarde se daría a conocer como Jeff Buckley y al igual que su padre, desaparecería de forma trágica. A través de Jimmy Carl Black (baterista de Mothers of Invention), Tim conoció al mánager Herbie Cohen. Aunque Cohen se interesó al principio por Buckley como cantautor, pronto descubrió, tras escuchar unas demos, que Buckley era un diamante en bruto como cantante. Le ayudó a firmar un contrato con Elektra Records y antes de cumplir los 20 años Buckley celebraba el alumbramiento de su primer álbum.

El barroquismo psicodélico estaba a la orden del día en las publicaciones de Elektra Records y 'Tim Buckley', grabado en tres días de agosto de 1966, fue aderezado con colaboraciones de músicos como Lee Underwood (guitarra), que acompañaría a Tim el resto de su carrera, Jim Fielder (bajo), Van Dyke Parks (teclado) y Jerry Yester. Larry Beckett, co-autor de la mayoría de temas y amigo de Tim desde la escuela, también fue un colaborador destacado. La frágil, melancólica y orquestada belleza del material que ofrecía el álbum poseía una cualidad de inocencia, mermada muy ligeramente en su segunda entrega, 'Goodbye and Hello' (1967). Las canciones de Buckley y sus arreglos se tornaron más ambiciosos y psicodélicos, particularmente en el largo tema que da título al álbum. También fue su mejor clasificación en el Top200 de álbumes donde aún así, no pasó del puesto 171.


Buckley, sin embargo encontraba a sus acólitos en los ambientes underground, incluso con sus propuestas más accesibles.

En su tercer álbum, 'Happy Sad' (1967), inspirado por el espíritu de exploración que supuso 'Sgt. Pepper', publicado unos meses antes, muestra su derivación musical hacia el jazz, tanto en su forma de cantar como en la instrumentación, que ahora incluye congas y vibráfono. Aunque totalmente fuera de las propuestas comerciales de la época, se puede considerar que este cierra el triunvirato de los álbumes más accesibes de Buckley, con temas como 'Dream letter', 'Morning glory' o 'I never asked to be your mountain'. Lo cierto es que, a finales de los años sesenta, Buckley estaba mucho más interesado en el jazz que en el folk-rock, y más concretamente, en la corriente avant garde del género.

Sus canciones se volvieron más oblicuas en estructura y parcas en palabras, especialmente cuando se rompió por un tiempo la sociedad de Buckley con Larry Beckett, que fue llamado a filas. Algunos de sus nuevas composiciones abandonaron las letras por completo, tratando su propia voz como si fuese un instrumento que emitía, en un alarde de gimnasia vocal, susurros, llantos y alaridos, acompañados de cacofonías. En ese contexto, 'Lorca' (1970) fue visto no sólo como una ruptura chocante, sino como un 'auténtico y descarado plomazo'.

Buckley ya no era aquel poeta de románticas melodías. Era un artista experimental que en ocasiones parecía destinado a castigarse a sí mismo y a sus seguidores con unos alaridos indescriptibles y una música chirriante y disonante. Casi como para probar que aún era capaz de generar el pop-folk con toques de jazz que algunos añoraban del artista, publicó al mismo tiempo que 'Lorca', y en sello diferente el álbum 'Blue Afternoon'. Siendo una muestra admirable de su versatilidad, fue prácticamente un suicidio comercial; cada álbum anulaba el impacto del otro, al mismo tiempo que confundía más aún a los pocos fans que le quedaban.


'Blue Afternoon' fue su última entrada en listas (no pasó del puesto 192) y ante el fracaso de ventas de ambos discos, Buckley se concentró en lo que consideraba su obra maestra, 'Starsailor'.

Pero 'Starsailor' (1970) recibió la misma fría respuesta de sus seguidores, que consideraban las piruetas vocales de Tim sobre texturas de free jazz excesivamente abstractas para sus oídos. A pesar de incluir la más accesible 'Song to the siren', años más tarde versionada por varios músicos como Robet Plant, John Frusciante y Bryan Ferry, a pocos les convenció su nuevo trabajo. Por otro lado, en sus actuaciones en directo también ponía en peligro su supervivencia comercial con sus interminables jams llevadas hasta el último límite y sus improvisadas y mordaces letras.

A finales del año 1970 formó una nueva banda de músicos de funk, que incluía a Joe Falsia y Buddy Helm. Con ellos grabó tres álbumes de una música que se describió como 'sex-funk': 'Greetings from L.A.' (1972), 'Sefronia' (1973) y 'Look at the fool' (1974), todos ellos fracasos comerciales. Así como los trabajos de su época de jazz experimental lograron dividir a su masa de fans, estos tres últimos discos de su carrera se revelaron como más polémicos y causantes de mayor división que aquellos. Algunos vieron en la última época de Buckley la prueba de su maestría manejando el idioma del soul de ojos azules, otros lo consideraron un triste malgasto de talento o las brasas de un prodigio que se estaba extinguiendo más que renaciendo.

En 1975, con toda su masa de seguidores alienada y su dinero gastado, Tim se lanzó a una gira desesperada en la que se dignó a interpretar sus canciones antiguas (excepto las de 'Lorca' y 'Starsailor'), todas esas que años antes se había negado a tocar ante su público.  En junio de ese año, tras completar un show en Dallas, en el que había vendido el aforo completo de 1800 personas, Tim se fue de fiesta con sus amigos para celebrarlo, como era la rutina habitual. En algún momento Buckley, que durante la gira había intentado conservarse limpio y sobrio, se inyectó una dosis excesiva de heroína y cuando sus amigos lo llevaron mareado e indispuesto a casa con su mujer Judy, ya había muerto. Tim Buckley tenía 28 años. Larry Beckett, amigo de la infancia y uno de sus letristas, comentó: "No paraba de correr riesgos. Conducía como un auténtico loco jugándose la vida a cada momento. Durante años bebió mucho y se tragaba tantos tranquilizantes que casi se lo llevan al otro barrio, pero siempre escapaba. Entonces le dió por el enganche romántico de la heroína y su suerte se esfumó" 

1 comentario:

  1. Genial, me encantó leer más de él, creí que él había criado a Jeff pero.. pues no.

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